El impacto del propio virus, las condiciones sociales provocadas por el aislamiento y la crisis económica, han repercutido en la salud mental. Desde la perspectiva de la Medicina Tradicional China (MTC) se pueden utilizar distintas herramientas de cómo afrontarlo. Por supuesto, sin ignorar la importancia del enfoque y manejo de la medicina alopática.
Actualmente, la prioridad es evitar futuros contagios, reducir la mortalidad y cuidar los trastornos del estado de ánimo que impactan nuestra calidad de vida. Una vez que hayamos superado esta crisis sanitaria, se espera que seamos más conscientes de las consecuencias que tiene nuestra forma de vida, pensamientos y emociones, sobre nuestro sistema inmune. Durante estos momentos donde nos invade el miedo, el estrés, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo y el uso de drogas, pueden gatillar cambios en nuestra homeóstasis. La acupuntura tiene capacidad inmunomodulador, puede ser un excelente aliado preventivo, ya que actúa sobre el sistema nervioso autónomo disminuyendo las situaciones de estrés. Además, para tratar síntomas que nos afectan producto de la pandemia.
La Medicina Tradicional China (MTC) explica la enfermedad a partir de la teoría del yin y el yang, la teoría de los 5 elementos, los meridianos y las vísceras. En la MTC la depresión, estados de ansiedad y/o trastornos del sueño, los principales órganos afectados a nivel energético son el hígado y el corazón. También podrían estar involucrados otros órganos.
La Acupuntura es una técnica de la MTC que se fundamenta en la inserción y la manipulación de finas agujas estériles en puntos de acupuntura ubicados en zonas del cuerpo. El objetivo es restaurar la energía y bienestar de las personas.
Desde la perspectiva de la medicina china, la energía defensiva de nuestro cuerpo (energía Wei) se forma en dos órganos, los riñones y el hígado. Esta energía se expande a nuestro cuerpo a través del pulmón. Si estos tres órganos se ven afectados, nuestro sistema defensivo estará debilitado. Por lo tanto, debemos intentar evitar las emociones que los dañan, como la frustración, la rabia, la tristeza, el miedo, el estrés, la incertidumbre o la inseguridad. Las emociones no se ven pero pueden llegar a ser muy perjudiciales si no aprendemos a identificarlas y ponerles freno. Digamos que la actividad mental favorece la función de cada órgano de nuestro cuerpo, mientras una emoción sostenida en el tiempo debilitará la función de nuestros órganos.
Una parte de la energía defensiva es adquirida, es decir, es una energía que formamos gracias a una buena absorción de los nutrientes a través de lo que comemos y lo que respiramos, por lo que es muy importante mantener una alimentación consciente y fortalecer nuestro sistema de defensas.
Así como las personas se ven afectadas por factores externos y factores a nivel emocional, los órganos también “experimentan” cada una de estas emociones. Si esta emoción se prolonga, eventualmente puede afectar la función del órgano, manifestándose con algunos síntomas y signos en el cuerpo. A continuación se describen las relaciones que hay entre distintas emociones y la energía de algunos órganos de nuestro cuerpo:
El hígado (elemento madera) requiere imaginación, creatividad, planificación y organización para funcionar correctamente, así poder realizar sus funciones defensivas, fortalecer los músculos y tendones. Al contrario, lo que más le afecta son los sentimientos de ira, frustración e impotencia. Influye sobre el sueño y la capacidad para soñar, esto puede dar lugar a insomnio o a una gran cantidad de sueños inquietos. Recomendamos ejercicios activos para controlar estas emociones.
El Riñón (el Agua) necesita encontrarse bajo un estado emocional de seguridad para ejercer sus labores de control de los líquidos orgánicos, el mantenimiento de los huesos, del aparato reproductor y del sistema nervioso. Lo que más perjudica al Riñón es el miedo, la inseguridad, la incertidumbre y el estrés. Cuando estos aparezcan, utiliza un pensamiento tranquilo y sereno, también la meditación puede ayudarte a vencer los miedos. La música clásica, armoniosa y fluida aporta tranquilidad, tan necesaria en estos días.
En los clásicos antiguos, al corazón (elemento fuego) se le llamaba emperador por que todas las demás funciones del organismo dependen de él. La Mente esta relacionada directamente con el corazón, este necesita alegría y vitalidad para funcionar correctamente, busquemos momentos que nos generen alegría, buenos recuerdos. Únicamente la mente y por tanto, el corazón puede “sentir” las emociones. Cada emoción afecta a uno o más órganos, pero solo la mente las reconoce, siente y valora. Por esta razón, todas las emociones acaban afectando al corazón. Por último, la mente del corazón realiza la importante función de coordinar e integrar las diversas partes de nuestra vida mental-emocional en un conjunto individual. Es en este sentido que el corazón es el “emperador” de los órganos, donde debe integrar, coordinar y en cierto modo controlar la influencia psíquica de los otros cuatro aspectos mentales de los órganos.
El Pulmón (el Metal) necesita orden y limpieza (externa e interna) para realizar sus funciones de oxigenación de la sangre y formación de la energía que nos permite vivir. Lo que más le afecta es la melancolía, la nostalgia y la pena. Si el pulmón no oxigena bien la sangre, nuestras células no van a poder fabricar bien lo que necesitamos para vivir y toda nuestra maquinaria se debilita, muchas veces se expresa como cansancio. Se recomienda ejercitar la respiración.
¿Cómo intentamos no entrar en un estado de pánico ó alerta? Ya sabemos que el estrés prolongado, el miedo e incertidumbre, inhibe la función inmunológica, ¿Qué hacemos para darle un respiro a nuestro sistema? Si queremos mantener nuestra salud física y mental, el autocuidado debe estar presente siempre y aún más en estos tiempos. Actividades como ejercitarnos, meditación, yoga, chi kung (Qigong), nutrición consciente, hierbas medicinales, suplementos nutricionales y acupuntura.
Consumir alimentos ricos en nutrientes y darle importancia a una dieta saludable. Muchas veces nuestra dieta no logra suplir lo que nuestro organismo requiere, evalúe con su médico respecto a cómo optimizar los niveles de vitamina D, zinc y vitamina C. El agua es un elemento muy importante en nuestra salud, ayuda a mantener nuestro sistema funcionando de manera óptima.